El proyecto Azorian fue una de las operaciones de inteligencia más complejas, caras y secretas de la Guerra Fría. La misma costó unos 800 millones de dólares, lo que equivaldría a 3.500 millones dólares al año 2011. Además de diseñar el barco de rescate de alta tecnología y su dispositivo de izaje único en su tipo, Estados Unidos debió diseñar un equipamiento de estabilización de precisión para mantener al barco prácticamente fijo sobre su blanco mientras se realizaba el descenso de casi 4,5 km de tubería. Los científicos también desarrollaron métodos para conservar el papel que había permanecido sumergido por muchos años con la esperanza de poder recuperar y leer los libros de claves secretas del submarino. La cooperación de los lugareños (Espías talibanes) fue necesaria para que las operaciones militares estadounidenses en Afganistán obtuvieran datos estratégicos y culturales. Este capítulo explora los Estados Unidos. Para adquirir conocimientos culturales y estratégicos, las intrincadas operaciones militares en Afganistán requirieron la cooperación de la población local. La organización utilizó informantes afganos para recopilar información sobre los talibanes y Al Qaeda en secreto y prometió protegerlos a cambio.