En la madrugada del 1 de enero de 2024, 355 migrantes fueron trasladados desde San Antonio a Chicago como parte de una política implementada por el estado de Texas. Estos migrantes, solicitantes de asilo, llegaron al aeropuerto internacional Rockford en Illinois en un Boeing 777 y luego fueron transportados en autobuses chárter a la ciudad de Chicago. Esta medida forma parte de una estrategia del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, para enviar a migrantes a ciudades lideradas por demócratas, con el objetivo de aliviar la presión en las ciudades fronterizas y ejercer presión política. Esta acción parece ser una respuesta a una orden ejecutiva de Chicago que multa a las empresas de autobuses que dejan a los migrantes sin previo aviso. Tanto el alcalde de Nueva York, Eric Adams, como el alcalde de Chicago, Brandon Jhonson, han solicitado apoyo federal para abordar la crisis migratoria.