La artista y activista social que introdujo la cocina en el MACBA cuenta las dificultades de aprendizaje que tuvo en la infancia, cómo vio transformarse la Barcelona olímpica desde su atalaya en la Barceloneta, y es crítica con los líderes de la alta gastronomía, que considera que han promovido una cocina a veces oportunista y desconectada del territorio.